Es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro que se caracteriza por la búsqueda patológica de la recompensa o alivio a través del uso de una sustancia u otras acciones.

La adicción se genera por el uso continuado de una sustancia o una conducta determinada.

Hay dos grandes grupos: aquellas que dependen de sustancias  y aquellas donde el objeto del consumo se orienta a actitudes, comportamientos, relaciones con personas u objetos, conocidas como adicciones  comportamentales o conductuales.

Al igual que sucede con otras enfermedades crónicas, como el asma o algunas enfermedades cardíacas, el tratamiento de la drogadicción por lo general no constituye una cura.

La adicción es una enfermedad del cerebro y la organización mundial de la salud la define como tal.

Si te haces esta pregunta es que ya algo estás notando en tu consumo o en tu comportamiento.

Te recomendamos que consultes con un profesional.

El patrón de consumo y la cantidad de ingesta no determinan si se tiene o no una adicción. Las consecuencias derivadas de tal consumo son las que lo determinan.

Si tienes dudas pide ayuda profesional especialista en adicciones para aclararlo lo antes posible.

Los síntomas más comunes son la pérdida de control sobre el consumo o la conducta referida, la compulsividad y la impulsividad. Esta pérdida de control vendrá acompañada por desórdenes generalizados tanto emocionales como comportamentales.

Cuando tengamos dudas de si acudir o no a un profesional es cuando hay que acudir a él.

En el tratamiento de las adicciones hay un factor determinante para la recuperación y ese es al diagnóstico precoz.

Los tratamientos para la recuperación de un adicto se personalizan según las características del enfermo. Existe un amplio abanico de tratamientos que van desde un ingreso en comunidad terapéutica a tratamiento ambulatorio personalizado tanto individual como grupal.

No siempre es necesario. Hay pacientes que consiguen la desintoxicación de modo ambulatorio y otros que dependiendo de la sustancia y del patrón de consumo necesitarán un ingreso previo en un centro interno.

La duración de igual forma dependerá mucho de las circunstancias personales del paciente y tendrá un rango entre los dos y los cinco años.

Las renuncias en el tratamiento dependerán de las circunstancias personales de cada uno. Si bien es conveniente dedicarse el mayor tiempo posible a la recuperación, hay situaciones que no permiten esas circunstancias y el paciente tendrá que seguir con algunas de sus obligaciones.

La familia desempeña un papel importantísimo en el proceso de recuperación y debe de estar coordinado en todo momento con el equipo terapéutico.

Es un canal de información imprescindible para la conexión paciente – terapeuta.

Por supuesto, es posible recuperarse y llevar una vida totalmente normalizada. Lo único que no se podrá, al ser una enfermedad crónica será volver a consumir la sustancia.

Realizando un buen tratamiento se construirán unos buenos cimientos solidos para mantener la sobriedad.  Honestidad y humildad son las bases de un proceso de recuperación.

Con la ayuda del grupo terapéutico podrás aprender a relacionarte y soportar los cambios que el proceso de recuperación demande en ti.