Las adicciones no solo afectan la mente: el cuerpo también sufre, y muchas veces en silencio. En este artículo exploramos las principales enfermedades físicas que pueden aparecer como consecuencia del consumo prolongado de sustancias o comportamientos adictivos.
Enfermedades cardíacas
El corazón es uno de los órganos más sensibles al impacto de las adicciones. Sustancias como la cocaína, las anfetaminas, el alcohol o el tabaco pueden provocar:
- Hipertensión arterial
- Infartos de miocardio (ataques al corazón)
- Arritmias (alteraciones del ritmo cardíaco)
- Miocardiopatía (debilitamiento del músculo cardíaco)
Incluso en personas jóvenes, el uso prolongado o en grandes cantidades puede provocar eventos cardiovasculares graves y hasta mortales. El estrés crónico asociado a ciertas adicciones comportamentales también puede aumentar el riesgo cardíaco.
Daños hepáticos o renales
El hígado es el encargado de filtrar y metabolizar las sustancias tóxicas del cuerpo. Con el consumo prolongado de alcohol, drogas o medicamentos, puede desarrollarse:
- Hígado graso
- Hepatitis tóxica
- Cirrosis hepática (enfermedad crónica y potencialmente irreversible)
Los riñones también sufren: muchas drogas alteran la función renal, aumentando el riesgo de insuficiencia renal crónica. Además, algunas sustancias pueden causar deshidratación severa, afectando directamente a los riñones.
Problemas respiratorios crónicos
El consumo por vía inhalada (como fumar tabaco, marihuana, crack o vapear) daña directamente los pulmones. Esto puede derivar en:
- Bronquitis crónica
- EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica)
- Enfisema pulmonar
- Mayor susceptibilidad a infecciones respiratorias
En casos graves, el daño pulmonar es irreversible y puede requerir oxígeno o tratamientos respiratorios de por vida.
Trastornos digestivos
El sistema digestivo también se ve afectado por varias adicciones. El alcohol, en particular, puede producir:
- Gastritis crónica
- Úlceras gástricas
- Pancreatitis
- Reflujo gastroesofágico
Además, muchas drogas alteran el apetito, el tránsito intestinal o provocan vómitos y diarreas, lo que deteriora la nutrición general y puede llevar a desnutrición o deficiencias vitamínicas.
Trastornos metabólicos (como la diabetes)
El estilo de vida asociado a muchas adicciones —poca actividad física, alimentación deficiente, consumo de alcohol o de ciertos medicamentos psiquiátricos sin control— favorece la aparición de síndrome metabólico, que incluye:
- Obesidad
- Hipertensión
- Colesterol alto
- Diabetes tipo 2
Algunas sustancias, como el alcohol, interfieren directamente en el metabolismo del azúcar, y en personas con predisposición, pueden acelerar el desarrollo de la diabetes.
Problemas neurológicos y deterioro cognitivo
El cerebro no solo cambia a nivel emocional y conductual: también puede sufrir daños físicos reales. Las adicciones pueden provocar:
- Pérdida de memoria
- Disminución de la concentración
- Deterioro cognitivo temprano
- Trastornos del sueño y del ánimo
- Epilepsia o crisis convulsivas
- Daño cerebral irreversible en casos extremos
El alcohol, los inhalantes, los psicotrópicos y los opiáceos son especialmente perjudiciales para el sistema nervioso central cuando se consumen de forma crónica.
Las adicciones no solo afectan la mente y el comportamiento: también dañan órganos vitales y pueden generar enfermedades crónicas de por vida. Reconocer estos riesgos es un paso fundamental para entender la gravedad del problema y promover la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento integral.
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