Hoy compartimos un capítulo del libro «Cómo sobrevivir al caos mental» de nuestra psicóloga general sanitaria especialista en adicciones, Inés C. Lemmel, sobre el equilibrio.
A través de este artículo, Inés nos invita a explorar cómo la inteligencia emocional y el autoconocimiento no solo fortalecen nuestra capacidad para enfrentar los retos de la vida, sino que también nos preparan para mantener ese delicado equilibrio, incluso en la cuerda floja de la recuperación de adicciones.
EQUILIBRIO
«La vida es como andar en bicicleta: para mantener el equilibrio siempre debes seguir avanzando» »
Albert Einstein
A lo largo de nuestra vida tratamos de encontrar el equilibrio, es decir, esa estabilidad que nos proporciona bienestar y felicidad. Pero, en ocasiones, es tan complicado lograrlo como definirlo, ya que ese equilibrio cada día más ansiado nos puede parecer, por otro lado, un concepto confuso. Para unos es algo demasiado aspiracional, algo que pertenece a un universo zen muy lejano a su realidad, mientras que para otros es una moda pasajera y nosin lleganr a profundizar en la importancia o la esencia que hay detrás de él.
Jean Piaget1 define equilibrio como “ «una propiedad intrínseca y constitutiva a la vida orgánica y mental”.». Precisamente aquí radica el primero de los grandes errores que veo a diario, dado que, en muchas ocasiones, incluso me atrevería a afirmar que ese equilibrio tratamos de buscarlo fuera, es decir, en los demás o en lo material (una gran casa, un coche caro, una familia perfecta, éxito profesional…).
Sin embargo, la realidad no puede ser más diferente. Como bien dice Piaget, el equilibrio es algo interno y, consecuentemente, para encontrarlo debemos realizar un ejercicio de retrospección en el que analicemos y prioricemos cuáles son nuestros valores y quée vida deseamos realmente. Una vez que los valores y nuestras decisiones se alineen, estaremos en el camino correcto hacia el equilibrio.
Los tres pilares
El equilibrio se asienta en tres pilares: emocional, mental y físico. Debemos trabajar en estos tres apoyos para fortalecerlos, ya que solo si logramos una base firme podremos encontrar ese equilibrio de bienestar y, lo que es más importante, mantenernos , en ese equilibrio de bienestar.
Para ello debemos imaginar nuestro ser como una casa. Empezamos por la parte física, que en ocasiones es a la que se le da más importancia a nivel de fachada, y a su vez, la gran olvidada a pesar de su importancia. Parémonos a pensar: solo nos sentiremos bien si nos encontramos sanos, por lo que esa será la base de nuestra casa. Las paredes y el tejado, es decir, la protección, estará bajo la supervisión de nuestra mente, quien decidirá qué entra y qué no. Somos solo nosotros los que decidimos qué pensamientos tienen cabida en nuestro hogar y cuáles debemos desechar, por lo que dejamos dejando así fuera todos aquellos que nos me bloquean o nos me generan inestabilidad. Logrando unos cimientos sólidos y contando con las herramientas adecuadas, esta selección es mucho más espontánea.
Por lo general, a mis pacientes les resulta sencillo entender que deben cuidarse físicamente y son conscientes de que debemos trabajar la parte mental para marcar esos valores y objetivos por los que luchar, pero ¿qué pasa con las emociones? Es aquí donde solemos encontramos con más dificultades y con un largo trabajo por delante.
La importancia de la inteligencia emocional
El ser humano sigue evolucionando en muchos aspectos y uno de los que más satisfacciones me proporciona como psicóloga es apreciar cóomo la inteligencia emocional gana terreno. No hay que retroceder muchas generaciones para comprobar cómo las emociones no solo no tenían protagonismo en nuestro día a día, sino que a menudo había que ocultarlas.
Incluso la ciencia y la medicina las han ignorado, pese a la relevancia que algunas de estas emociones tienen en nuestra salud. Desde el Mens sana in corpore sano que ya trabajaban en la antigua Grecia para lograr el equilibrio, poco se había avanzado en el terreno médico hasta la publicación de la obra de Candace Pert Molecules of eEmotion.2. Considerada como la madre de la psiconeuroinmunología, Pert afirmó que las emociones producen sustancias químicas que afectan a nuestro organismo. Hoy, tras muchos estudios e investigaciones, sabemos exactamente la relación entre nuestros sentimientos y nuestro físico, que dadando respuesta a determinadas patologías, e incluso conocemosiendo cómo influye en un determinado tratamiento.
Aunque no necesitemos a ningún experto para que nos confirme que cuando tenemos mucha tensión nos duele la cabeza o terminamos con una contractura, también deberíamos conocer que, cuando nos dejamos llevar por emociones agradables, nuestro cuerpo lo percibe de la misma forma, por lo que nos sentimossintiéndonos más activos y fuertes.
Así pues, hoy somos mucho más conscientes, no solo del poder físico de estas emociones, sino también del dolor que supone reprimirlas. La inteligencia emocional ha ido ganando terreno y hoy sabemos que saber gestionar nuestras emociones con las herramientas correctas influye directamente en nuestro equilibrio y, por lo tanto, en la sensación de paz y armonía.
Soy consciente
Una de las claves del equilibrio emocional es la consciencia. Vamos por la vida acelerados, en modo piloto automático, de formamodo que estas prisas no nos dejan tiempo para nosotros, para averiguasaber qué sentimos o qué ocurreestá pasando a nuestro alrededor. Esta es otra de las herramientas básicas que necesitamos para encontrar nuestro equilibrio:. sSaber parar, conocer hasta dónde podemos llegar sin sobrecargarnos, vivir el ahora sin anclarnos en el pasado ni obsesionarnos con el futuro. En definitiva, trabajar la atención plena.
Debemos ser capaces de identificar las emociones que estamos sintiendo y por qué. Y esto solo requiere tiempo, el justo para parar y preguntarnos: “ «¿Cómo estoy?” ». Y, tras conocer conociendo la respuesta, debemos analizar el motivo. Es cierto que no es fácil. Muchas veces resulta complicado saber exactamente qué sentimos y, aún más, saber explicar de dónde viene esa sensación. Pero comprender nuestras emociones es la única manera de mantenerlas bajo control.
En la cuerda floja
Por si fuese poco trabajo ser capaces de mantener nuestras emociones a raya, debemos saber también que la vida no es estable. De modo que, una vez logrado ese equilibrio, es necesario aprender a aceptar esa inestabilidad, a poder gestionar los pensamientos y las emociones pese a las adversidades de la vida.
Si hemos trabajado en los tres pilares de nuestro equilibrio, estaremos listos para afrontar cualquier tipo de situación sin caer fácilmente en el pesimismo ni adentrarnos en ese bucle de pensamientos negativos y emociones desagradables que tanto daño nos hacen.
Una obsesión
Otro de los peligros, mucho más común de lo que podamos pensar, es sobrepasar la línea del equilibrio, obsesionarnos y excedernos hasta el punto de ser tan exigentes con nosotros mismos que no nos permitamos sentir emociones desagradables, “ «obligándonos” », por lo tanto, a pensar en positivo. La vida no es de color de rosa, y no por ello es menos bonita. Cada día estará compuesto de diferentes matices, de cosas buenas y cosas no tan buenas, de momentos memorables y de otros más bien insignificantes, pero todos suman. Dejar fuera lo que no nos gusta no nos ayuda si antes no hemos realizado una valoración racional.
El autoconocimiento requiere un análisis introspectivo, pero también extrínseco;. eEs decir, debemos valorar nuestra forma de ser y de hacer a la vez que nuestras capacidades para reconocer lo que hemos sido capaces de conseguir hasta este momento. Nuestros propios jueces internos dificultan este trabajo, ya que solemos seguir una desastrosa tendencia de autoboicotearnos. Al iniciar este proceso, es importante dejar los juicios a un lado y observarnos con perspectiva, como si pudiéramos evaluarnos desde fuera. De este modo, se puede llegar a hacer frente a las adversidades y obtener una mayor seguridad en nosotros mismos.
Tanto de los logros como de los fracasos debemos extraer una lección. De todo se aprende. “ «La sabiduría es la perspectiva en la vida, tu sentido del equilibrio, tu comprensión de cómo varias partes y principios se relacionan unos con otros”» nos explica Stephen R. Covey.3. Es aquí donde entran en juego herramientas tan útiles para este proceso de aprendizaje como las que os quiero detallar a lo largo de este libro, y poder así podremos hablar de la resiliencia o las creencias irracionales que tanto nos bloquean y qué podemos hacer con ellas.
El objetivo
Recordemos que no debemos olvidarnos de que el equilibrio es la clave para una vida exitosa. El sentido que decidas darle a tu vida te marcará una dirección y esa dirección te llevará, a su vez, al equilibrio.
El equilibrio es conseguir paz interior, ecuanimidad (equilibrio mental) y armonía a pesar de las dificultades de la vida.
Inés C. Lemmel
Psicóloga general sanitaria Grupo Forum
Autora de:
Cómo sobrevivir al caos mental
Las hormonas de la felicidad